¿Cuántas veces se ha afirmado que
la felicidad como concepto no existe, que solo hay momentos felices? ¿Cómo se
podría imaginar siquiera el estado continuo de felicidad? Algo de esto es lo
que proclaman las religiones cuando miran hacia el futuro, hacia algo que
llaman eternidad, nirvana o qué sé yo. Se trata de un hermoso señuelo para
contrastar con tantos momentos de esta vida, dominados por estados de
infelicidad o simplemente de insatisfacción.
¿Qué efecto laudánico puede
producir dar intensidad positiva a los momentos concretos y tratar de olvidar
eso del eterno estado de beatitud?
El ser humano está moldeado por
las circunstancias, si no totalmente constituido por ellas. Si esto es verdad, ¿por qué
no trabajamos para que las circunstancias sean humanas y propicias para que se
produzcan momentos de felicidad?
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