domingo, 16 de junio de 2019

CARTA ABIERTA A LA ALCALDESA DE BÉJAR, ELENA MARTÍN VÁZQUEZ



Permíteme que apee el tratamiento y acuda a la segunda persona. Me asiste para ello mi condición de antiguo profesor tuyo (cómo pasa el tiempo), mi condición de compañero, de pechero (tú sabes muy bien qué significa tal palabro) y, por encima de todo, mi cualidad de convecino y de conciudadano.
Comenzaré por felicitarte por tu elección como alcaldesa de esta nuestra ciudad. A ti y a todos los demás representantes, los de todos los partidos. Confío en que todos trabajen por el beneficio de sus conciudadanos.
Creo que es de cortesía también agradecer a todos aquellos que han estado en la corporación y que no repiten: en mayor o menor medida, han dedicado horas en lo que ellos creían que era bueno para su ciudad.
A la hora en que tú eras elegida alcaldesa de Béjar, ¡la primera alcaldesa en la historia de la ciudad, con todo lo que eso lleva implícito como símbolo!, yo estaba sudando por los montes de estas sierras, pero mi mente andaba buscando un huequecito en el salón de plenos de nuestro Ayuntamiento, abarrotado de gente con toda seguridad. Casi en tiempo real, recibía imágenes de lo que allí estaba sucediendo. Y pensaba en el futuro, en el futuro de nuestra comunidad y de nuestra ciudad. Por la tarde me dio por volver a las páginas del Quijote, ese libro de libros al que yo acudo con muchísima frecuencia porque me parece que almacena todo lo que uno puede imaginar.
Verás, en los capítulos XLII y XLIII de la segunda parte se recoge toda una lista de consejos que don Quijote le da a Sancho en el momento en el que este va ser enviado para gobernar la famosa ínsula inventada. Yo no soy quién para dar consejos, pero, como soy al menos lo que describo en el primer párrafo, sí me atrevo a acudir a esta fuente de autoridad para trasladártela. Solo copio algunos párrafos (la lista es muy larga y contiene consejos curiosísimos y muy sabrosos); además, ya sé que hay que hacer la salvedad de que este libro está escrito en los primeros años del siglo diecisiete. Y ya ha llovido mucho desde entonces. Pero a mí me parece que hay ideas en esas páginas que siguen siendo válidas, y tú sabrás ponerlas al día. Otro escritor, el Arcipreste de Hita, unos siglos antes, ya acudía al argumento de autoridad para dar fuerza a sus palabras: “Si lo dijera yo, se me podía tachar, / mas lo dice el filósofo (Aristóteles), precepto es de guardar”.
En fin, que te traslado algunas frases, frases que hago mías. Habla don Quijote a Sancho:
“Primeramente has de temer a Dios (sustitúyelo por lo que quieras) porque en el temerle está la sabiduría y siendo sabio no podrás errar en nada”.
“…Has de poner los ojos en quien eres, procurando conocerte a ti mismo, que es el más difícil conocimiento que pueda imaginarse. Del conocerte saldrá el no hincharte…”
“Haz gala de la humildad de tu linaje…”
“La sangre se hereda y la virtud se adquiere”
“Nunca juzgues con arbitrariedad”
“Hallen en ti más compasión las lágrimas del pobre, pero no más justicia que las informaciones del rico”
“…No cargues todo el rigor de la ley al delincuente, que no es mejor la fama del juez riguroso que la del compasivo”
“Si acaso doblares la vara de la justicia, no sea con el peso de la dádiva sino con el de la misericordia”
Hay muchos más consejos, pero creo que con estos vamos servidos. Más bien parecen para un juez que para una alcaldesa, pero tú sabrás actualizarlos, adecuarlos y aplicarlos. Tal vez en otra ocasión me atreva con algunos más de esos que parecen más concretos, aunque no lo sean de verdad, pues emanan de estos, que son más universales y de mayor alcance.
Cuando una alcaldesa, un concejal o cualquiera otra persona asientan su vida en principios sólidos, sus actuaciones serán también razonadas y producto del sentido común y de la buena voluntad. Espero que tus principios sean tales y que tu actuación se realice bajo la mirada de esas luces. Ese conjunto de ideas se llama (tú lo sabes) ideología, eso que desde tantos lugares se desprecia con aquello de “obras, no palabras”. Cuando se posee ideología, no hace falta acudir a ver cómo se presentan las circunstancias y cómo ha amanecido el día para decidir, sino que las resoluciones llegan solas.
Permíteme recordarte un brevísimo esquema de una ideología que tú conoces y que a mí me parece la menos mala. Dice así:
a)       La vida es una breve carrera en la línea del tiempo.
b)      Si no se parte en igualdad de condiciones, todo lo demás está falseado y es mentira.
c)       Si no se estimula y recompensa el esfuerzo personal, también estaremos premiando la injusticia.
d)      Al menos cronológicamente, es anterior la igualdad de oportunidades que el esfuerzo personal.
e)      Merece la pena dedicar más esfuerzo a facilitar la igualdad de oportunidades.
Ya ves, solo cinco ideas para todo un programa.
Yo no quiero pedirte ni piscinas ni calles: de todo esto ya os lloverán chuzos a diario; pero sí coherencia y principios. Lo demás, repito, vendrá solo.
Después, pasará el tiempo, que es lo que siempre pasa, y similares causas que te han colocado y os han colocado donde ahora estáis os pedirán que dejéis paso a otros. Y seguirá constante el paso de los días como si nada hubiera ocurrido. Entonces, como ahora, serenidad, sosiego y calma. Porque, como también se dice en el Quijote, “cada día tiene su afán”, “y amanecerá Dios y medraremos”.
A ver si fuéramos capaces entre todos de agitar las mentes y las conciencias de todo lo que nuestros convecinos guardan en sus mentes, que seguro que no es poco ni malo.
Ánimo y suerte.