ACASO SON LOS RESTOS DE UN NAUFRAGIO
Hoy quiero bucear en mi memoria,
en el mar proceloso donde habitan
las mareas de todas las memorias.
Es un mar ya espacioso que
sospecha
la lejana presencia de la orilla
y que agita en su seno las
tormentas
o arrulla entre sus brazos
las dormidas olas de la mar en
calma.
Hasta la playa llegan en desorden
los restos de batallas
doctrinales,
y se acercan despojos
filosóficos,
o principios remotos de sistemas
éticos.
Todos parecen náufragos
cansados, decadentes y vencidos.
La vida es más tenaz, es más
sencilla
y se deja mecer con el arrullo
del paso incontestable de los
días,
esos que van dejando las arenas
salpicadas de restos que son
nada.
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