Permíteme que apee el tratamiento
y acuda a la segunda persona. Me asiste para ello mi condición de antiguo
profesor tuyo (cómo pasa el tiempo), mi condición de compañero, de pechero (tú
sabes muy bien qué significa tal palabro) y, por encima de todo, mi cualidad de
convecino y de conciudadano.
Comenzaré por felicitarte por tu
elección como alcaldesa de esta nuestra ciudad. A ti y a todos los demás
representantes, los de todos los partidos. Confío en que todos trabajen por el
beneficio de sus conciudadanos.
Creo que es de cortesía también
agradecer a todos aquellos que han estado en la corporación y que no repiten:
en mayor o menor medida, han dedicado horas en lo que ellos creían que era
bueno para su ciudad.
A la hora en que tú eras elegida
alcaldesa de Béjar, ¡la primera alcaldesa en la historia de la ciudad, con todo
lo que eso lleva implícito como símbolo!, yo estaba sudando por los montes de
estas sierras, pero mi mente andaba buscando un huequecito en el salón de
plenos de nuestro Ayuntamiento, abarrotado de gente con toda seguridad. Casi en
tiempo real, recibía imágenes de lo que allí estaba sucediendo. Y pensaba en el
futuro, en el futuro de nuestra comunidad y de nuestra ciudad. Por la tarde me
dio por volver a las páginas del Quijote, ese libro de libros al que yo acudo
con muchísima frecuencia porque me parece que almacena todo lo que uno puede
imaginar.
Verás, en los capítulos XLII y
XLIII de la segunda parte se recoge toda una lista de consejos que don Quijote
le da a Sancho en el momento en el que este va ser enviado para gobernar la
famosa ínsula inventada. Yo no soy quién para dar consejos, pero, como soy al
menos lo que describo en el primer párrafo, sí me atrevo a acudir a esta fuente
de autoridad para trasladártela. Solo copio algunos párrafos (la lista es muy
larga y contiene consejos curiosísimos y muy sabrosos); además, ya sé que hay
que hacer la salvedad de que este libro está escrito en los primeros años del
siglo diecisiete. Y ya ha llovido mucho desde entonces. Pero a mí me parece que
hay ideas en esas páginas que siguen siendo válidas, y tú sabrás ponerlas al día.
Otro escritor, el Arcipreste de Hita, unos siglos antes, ya acudía al argumento
de autoridad para dar fuerza a sus palabras: “Si lo dijera yo, se me podía
tachar, / mas lo dice el filósofo (Aristóteles), precepto es de guardar”.
En fin, que te traslado algunas
frases, frases que hago mías. Habla don Quijote a Sancho:
“Primeramente has de temer a Dios
(sustitúyelo por lo que quieras) porque en el temerle está la sabiduría y
siendo sabio no podrás errar en nada”.
“…Has de poner los ojos en quien
eres, procurando conocerte a ti mismo, que es el más difícil conocimiento que
pueda imaginarse. Del conocerte saldrá el no hincharte…”
“Haz gala de la humildad de tu
linaje…”
“La sangre se hereda y la virtud
se adquiere”
“Nunca juzgues con arbitrariedad”
“Hallen en ti más compasión las
lágrimas del pobre, pero no más justicia que las informaciones del rico”
“…No cargues todo el rigor de la
ley al delincuente, que no es mejor la fama del juez riguroso que la del
compasivo”
“Si acaso doblares la vara de la
justicia, no sea con el peso de la dádiva sino con el de la misericordia”
Hay muchos más consejos, pero
creo que con estos vamos servidos. Más bien parecen para un juez que para una alcaldesa,
pero tú sabrás actualizarlos, adecuarlos y aplicarlos. Tal vez en otra ocasión
me atreva con algunos más de esos que parecen más concretos, aunque no lo sean
de verdad, pues emanan de estos, que son más universales y de mayor alcance.
Cuando una alcaldesa, un concejal
o cualquiera otra persona asientan su vida en principios sólidos, sus
actuaciones serán también razonadas y producto del sentido común y de la buena
voluntad. Espero que tus principios sean tales y que tu actuación se realice
bajo la mirada de esas luces. Ese conjunto de ideas se llama (tú lo sabes)
ideología, eso que desde tantos lugares se desprecia con aquello de “obras, no
palabras”. Cuando se posee ideología, no hace falta acudir a ver cómo se
presentan las circunstancias y cómo ha amanecido el día para decidir, sino que
las resoluciones llegan solas.
Permíteme recordarte un brevísimo
esquema de una ideología que tú conoces y que a mí me parece la menos mala.
Dice así:
a) La
vida es una breve carrera en la línea del tiempo.
b) Si
no se parte en igualdad de condiciones, todo lo demás está falseado y es
mentira.
c) Si
no se estimula y recompensa el esfuerzo personal, también estaremos premiando
la injusticia.
d) Al
menos cronológicamente, es anterior la igualdad de oportunidades que el
esfuerzo personal.
e) Merece
la pena dedicar más esfuerzo a facilitar la igualdad de oportunidades.
Ya ves, solo cinco ideas para
todo un programa.
Yo no quiero pedirte ni piscinas
ni calles: de todo esto ya os lloverán chuzos a diario; pero sí coherencia y
principios. Lo demás, repito, vendrá solo.
Después, pasará el tiempo, que es
lo que siempre pasa, y similares causas que te han colocado y os han colocado
donde ahora estáis os pedirán que dejéis paso a otros. Y seguirá constante el
paso de los días como si nada hubiera ocurrido. Entonces, como ahora, serenidad,
sosiego y calma. Porque, como también se dice en el Quijote, “cada día tiene su afán”, “y amanecerá Dios y
medraremos”.
A ver si fuéramos capaces entre
todos de agitar las mentes y las conciencias de todo lo que nuestros convecinos
guardan en sus mentes, que seguro que no es poco ni malo.
Ánimo y suerte.
1 comentario:
Excelente mensaje
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