Es
lo que hago de vez en cuando con los papeles o con las carpetas que andan del
salón en el ángulo oscuro de mi mesa o de mi ordenador. Hoy rescato estos
restos dormidos, creo que del año 2017. Tal vez merecerían algún pulimento.
Supongo que no los habré utilizado ninguna otra vez. Por si acaso, los retiro
de su asiento original y los incorporo a esta ventana.
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Si no miro el reloj, me pesa sobre el pulso y
me lo acelera.
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El buen ladrón nunca ladra.
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Cada mañana me lo repiten mis gafas: ven más
cuatro ojos que no dos.
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Entre el ser y el existir sólo había hasta el
S XVII un pensamiento velado; hoy, el fracaso
de no
poder actuar.
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Hablar de una persona como un ser es
despojarlo de su vitalidad.
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El Castañar en otoño es un campo de batalla
donde caen bombas continuamente.
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No me importa estar un poco sordo: para lo que
hay que oír...
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Pelillos a la mar, no al suelo del lavabo.
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El dinero no hace la felicidad, pero lo demás
está todo tan caro...
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Programar es matar un poco la vida, pero también
es darle vidilla al tiempo.
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Si Dios existe, ¿por qué no paga impuestos?
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A los que dicen que les gusta trabajar todo se
les va en el gusto.
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Cualquier tiempo pasado fue... pasado.
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Seis por cuatro, dos que sobran.
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