viernes, 13 de diciembre de 2019

TENDIENDO LA ROPA



TENDIENDO LA ROPA

Meto en la lavadora los recuerdos
para sacarlos limpios y airearlos
al sol que más calienta. Centrifuga
a una velocidad acelerada
y, mientras lava, oigo
cómo por el desagüe se deslizan
restos que suenan ronco y manan turbio.
Esos no tienen cita en mi memoria.

Aparece el silencio. Me apresuro
a colocar la ropa en un barreño
y, contento, me voy a la terraza.
Empiezo mi tarea. De allí salen
imágenes que están en blanco y negro,
hay muchas en color y otras vestidas
del olor de tu cuerpo y de mi cuerpo.

Las separo con mimo y las coloco
en el primer cordel del tendedero
para poder mirarlas muy despacio
y marcharme con ellas al pasado.

Sé que en ellas se guarda bajo llave
lo que te di y me diste, lo que fuimos
y quisimos que fuera para siempre.

Te llamo. Nos miramos en silencio
y te invito a que en ellas nos tendamos
también para airearnos y allí, juntos,
mirar qué nos propone el horizonte
en esta hermosa tarde de diciembre.