PÍLDORAS ANTIDEPRESIVAS

PÍLDORAS ANTIDEPRESIVAS

Vamos a dejar que nos siga orientando M. Aurelio en estos días de dudas y de desánimo.

-Se buscan retiros en el campo, en la costa y en el monte. Tú también sueles anhelar tales retiros. Pero todo eso es de lo más vulgar, porque puedes, en el momento que te apetezca, retirarte a ti mismo. En ninguna parte un ser se retira con mayor tranquilidad y más calma que en su propia alma. Lib. IV, 3

-Todo lo que acontece justamente acontece. Lib. IV, 10

-No te dejes zarandear; por el contrario, en todo impulso, corresponde con lo justo, y en toda fantasía, conserva la facultad de comprender. Lib. IV, 22

-Corre siempre por el camino más corto, y el más corto es el que discurre de acuerdo con la naturaleza. Lib. IV, 51

-Procúrate aquellas dotes naturales que están enteramente en tus manos: la integridad, la gravedad, la resistencia al esfuerzo, el desprecio a los placeres, la resignación ante el destino, la necesidad de pocas cosas, la benevolencia, la libertad, la sencillez, la austeridad, la magnanimidad. ¿No te das cuenta de cuántas cualidades puedes procurarte ya? Lib. V, 5

-A nadie sucede nada que no pueda por su naturaleza soportar. Lib. V, 18

Media docena de pildoritas para llevarlas al rincón de pensar. Todas con el factor común que apunta a mirar hacia dentro de uno mismo, a entender que tenemos en nuestras manos muchas capacidades para mejorarnos y a la aceptación serena de que otras no dependen de nosotros y de que, por ello, no deberían perturbarnos demasiado o nada.

Qué fácil es la teoría y qué difícil la práctica. Tal vez todo haya que tomarlo en pequeñas dosis hasta que el hábito lo vaya haciendo más sencillo y familiar. La escala de valores también se entrena. Desde el pensamiento sereno y desde la comprensión.

Día 19 de confinamiento. Ánimo.