lunes, 28 de septiembre de 2020

ACASO SEAN MIS OJOS


ACASO SEAN MIS OJOS

¿Por qué es hostil la vida en estos tiempos?

No siempre se portó de esta manera,

pues la vida, si es vida, es siempre anhelo,

ilusión, fe, ideal, conciencia plena.

 

Acaso sean mis ojos los que miran

con gafas de no ver y con recelos.

Las calles, otra vez, se hacen estrechas,

las líneas que eran rectas se hacen curvas,

las miradas se esquivan y los rostros

parecen ocultarse enmascarados.

 

El tiempo y el espacio

se muestran como seres temblorosos,

porque somos nosotros esos seres

que les damos certeza, miedo y frío.

 

Pero ese mismo espacio y ese tiempo

son también las palomas, son los parques,

es la naturaleza, son los cielos

y son los estorninos que, en el aire,

siguen jugando, ebrios, a sus juegos.

 

Tal vez ni se pregunten qué nos pasa

con esta cara triste y escondida:

somos hasta tal punto innecesarios

que puede que nos hayan olvidado.

 

¿Cuándo será posible que, sin miedo,

podamos contemplarlos y llamarlos

para poder bailar juntos el baile

que avive la conciencia de la vida

como un todo feliz donde abrazarnos?

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