VUELTA AL COLE
Para todos los niños. También,
claro, para Sara y Rubén
Después
de las piscinas y las playas,
de
los parques, los campos y los ríos,
de
los horarios laxos
-que
es como hacerse pájaros sin nido-
¿cómo
no imaginarnos hoy sus caras,
pintadas
del color de la sorpresa,
al
reemprender con pasos inseguros
el
camino olvidado?
Son
los cuerpos que se abren a la vida,
compartiendo
los juegos, la alegría,
el
placer de saberse risa y tacto,
que
renacen de nuevo y se hacen niños.
La
vida ha de poder más que las normas
alzadas
por la fuerza de ese virus
que
a todos nos mantiene confinados
en
los lugares negros donde habita el miedo.
La
vuelta hasta las aulas es la vuelta
a
darle más abrazos a la vida,
a
gritar con los otros y a embarcarnos
en
los brazos alegres del destino.
¡Si
yo supiera colocar mis manos
como
fuerte barrera impenetrable,
todo
sería hoy un patio sin distancias
y
un parque en libertad de fiesta y risa!
Que
la vida se vierta en vuestros poros,
que
la risa no dé tregua al enfado,
que
todo sea ya luz en vuestros ojos,
que
el tiempo cobre forma en vuestras manos.
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