Hoy no he cumplido el deseo de no dejar la cama demasiado tarde. Mis barruntos de gripe y mi dolor de pecho me dejaron en el calorcito de las mantas un poco más de lo normal. Esto me permitió escuchar durante un rato la radio.
Hablaba Rubalcaba y lo hacía acerca del PSOE y de lo que él entiende que tiene que aportar y proponer en el próximo congreso. Algo me llamó la atención por lo novedoso. Reclamaba una sola voz para el partido con independencia de los territorios en los que tuviera que manifestarse. Ábrete, Sésamo.
Me parece una idea absolutamente central y esencial por todo lo que implica. Durante todo el periodo democrático, la izquierda se ha alejado del sentido general e incluso internacional. Nunca he entendido por qué. Esa bandera se la ha apropiado la derecha y, además, de una forma muy poco elegante, según pienso. Los resultados a la vista están.
No comprendo cómo las ideas no son las mismas en todos los sitios. Solo lo puedo entender si por encima de ellas están los intereses particulares o de grupos. Soy bastante centralista y, hasta hoy, todos se han afanado en pedir para ellos antes que nada. Cuando todo se nos va un poco de las manos, empezamos a ver las orejas al lobo. Incluso creo que el PSOE puede empezar a ver como rival importante a algún joven partido precisamente diferenciado antes que nada por una visión más general y menos regionalista. A los votos me remito.
No sé si estamos en tiempo y forma o sencillamente esto es ya imposible por la enorme cantidad de intereses particulares que se han creado. También por eso me gustaría que se fueran todos y que alguna generación más joven empezara desde los cimientos.
A la vista de las prisas y de las ventajas de Rubalcaba, creo que el liderato en el congreso se lo va a llevar él. Esto a mí me importa poco, pero, si tiene que ser así, me siento un poco más confortado por las palabras que le he oído hoy y los últimos días. Las resistencias no se harán esperar y veremos si las primeras intenciones permanecen. Veremos.
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