Hace un par de días se presentó el segundo tomo de la Historia de Béjar.
Con él se da fin a un proyecto largo y dificultoso que ha durado demasiados
años en concretarse y ver la luz. El primer tomo se presentó el pasado año, pero
la confección de ambos volúmenes ha llevado demasiado tiempo.
Creo que es una labor de coordinación que hay que agradecer sobre todo a
José María Hernández Díaz, entusiasta profesor de la USAL y de todo lo que
huela a Béjar y comarca, y, por supuesto, a todos los que han colaborado para
que esto haya llegado a su fin, fundamentalmente a los autores de los distintos
capítulos.
Aún no tengo juicio formado de la calidad de los capítulos que componen
este segundo volumen porque, salvo el que yo mismo he aportado (“Béjar y la
literatura”), no he leído ninguno todavía, pero me los imagino en la misma
línea que los del primer tomo.
El trabajo general contiene aportaciones muy diversas, pero todas ellas
configuran un panorama muy extenso y completo de los sucesos y comportamientos
más importantes de los habitantes de Béjar y comarca a lo largo de su historia.
El futuro es impredecible por definición pero no es difícil asegurar que
tendrán que pasar algunas generaciones para que este trabajo se renueve y se vaya
completando con otras visiones, otros aspectos y otros acontecimientos nuevos. Seguramente,
esta obra será por mucho tiempo el principal referente general de eso que
llamamos la historia de una comunidad.
Recuerdo ahora los esfuerzos anteriores en este sentido: Ceferino García
Martínez, José Luis Majada… Loables todos e interesantes (para mí sobre todo el
de José Luis Majada) pero incapaces de abarcar lo que muchas miradas a la vez
pueden alcanzar. Este es el gran valor, y a la vez el principal defecto (por su
posible falta de cohesión), de la actual historia.
Con las más de 700 páginas del segundo volumen y las cerca de quinientas dl
primero, el lector ya tiene elementos de entretenimiento y de consulta.
Sigo sin acostumbrarme a la escala de valores que encarna esta sociedad. Supongo
que es culpa de todos, pero la presentación debería haber supuesto un
acontecimiento de fiesta general para la comunidad que se analiza, o sea, para
Béjar. Todo ello se tendría que haber concretado en una asistencia masiva al
acto de puesta de largo, sobre todo de los representantes de las diversas
instituciones. Por desgracia, no fue el caso. Asistió gente, pero, por ejemplo,
solo algún miembro aislado de la corporación municipal, y eso que la presentación
se realizaba en el salón de plenos del ayuntamiento.
No sé si estoy equivocado al pensar que en este hecho no hay color político
y que se trata de la historia de todo el pueblo, sin distinciones de ningún
tipo, pero me parece evidente que así es. Pues así están las cosas.
Lo que apunto en nada merece ni desmerece la importancia ni el valor del
trabajo realizado, tan solo apunta como símbolo a la escala de valores en la que
nos movemos: una vez más constato que la asistencia a muchos actos viene dada
mucho más por la amistad o el compromiso personal con el que interviene que por
el valor intrínseco de lo que se presenta. Y esto es provincianismo,
aldeanismo, estulticia y analfabetismo.
En todo caso, el trabajo ya está hecho y ahí queda para quien tenga a bien
acercarse a él; es como echar un vistazo al camino trazado desde los abuelos de
los abuelos de nuestros abuelos hasta ahora mismo, en un empuje continuo e
interminable por el cauce del tiempo y de este espacio. Este tiempo y este
espacio en el que también nosotros vamos dejando surco, no sé si con simiente
fecunda o con terreno baldío.
2 comentarios:
Este II volumen se presentó el viernes pasado también en Diputación de Salamanca en la casa de La Salina..y realmente me sorprendió la poca gente que asistió al acto, incluyendo a gran parte de los autores del libro.... en el acto se hizo referencia también a José Luis Majadas y apenas se vieron algunas caras conocidas de Bejaranos en Salamanca....una pena.
A mi lo que me fastidia es que esos importantes libros se permita escribir a cualquiera que improvise y no se ciña a la realidad, fomentando el amiguismo. Se debería ser imparcial y antes de coger la pluma documentarse. Pero ahí prima el figurar el que ponga mi nombre sin darse cuenta que un artículo mediocre queda escrito para siempre. diciendo quien es su autor y estropeando el trabajo de mucha gente válida que no voy a nombrar
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