IN PRINCIPIO ERAT VERBUM
¿Es el mundo
ventrílocuo del logos,
o el logos es ventrílocuo
del mundo,
que quiere
aparecerse en lo incendiado
del día
desatado de las furias?
En él buscan las
cosas su conciencia,
sus sentidos
anhelan darle vida
a todo lo que
duerme en el olvido
de más allá
del tiempo y del espacio.
Cuando se ve
ceñido
por un vestido
blanco y circular,
que mide su
presencia y certifica
sus pesos y
medidas, cobra impulso,
se enseña, se
desnuda, con las formas
de los dulces
sonidos se va al aire
y en su
estricto sentido se hace humano.
Entonces, como
amantes ardorosos,
la palabra se abraza al pensamiento,
se funden y se
aman con delirio,
confunden sus
oficios y son causa
de la causa
postrera del milagro.
En el
principio estuvo la palabra,
la mente se
pensó y se hizo visible
en una prodigiosa
melodía
que suena por el mundo sin descanso.
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