FELICITACIÓN
Hace poco más de dos semanas publicaba este poema que tenía vocación
intemporal pero que hoy me sirve como saludo, deseo y felicitación para estos días
tan concretos de Navidad y de Año Nuevo. Los deseos pertenecen a cada uno, las
realidades también.
INVITACIÓN A LA MESA
Abrid la mesa y que su entorno
acoja
a cualquier comensal que haya en
la sala:
los que llegan con vino y los que
solo
se aproximan sedientos y con
hambre.
Ofreced ropas limpias a los
sucios
y que coman también de cualquier
plato,
que dejen olvidada la cuchara
de la desesperanza.
Mirad hacia lo alto, abrid
ventanas
y que bajen las aves a la mesa:
también suyas serán esas migajas
que ningún otro quiere. Abrid las
puertas
y que entren los más pobres, los
que viven
sin muebles, sin amigos o sin
techo,
que pasen sin llamar y con
confianza:
hay sitio para todos.
Y dadles la palabra, que se
expresen
y digan lo que casi siempre
callan.
Que corra la bebida sin reparos;
que la mesa sea un gran corro de
fiesta
en la que no haya dioses ni
demonios,
sino la compasión con los que
menos
sienten que los acoge la
esperanza;
que los que sirven siempre el
primer plato
esta vez sean servidos a la hora
de tomar el segundo.
Los frutos de la huerta, las
bebidas,
el pan y los pescados son
producto
del sol y de los vientos, y en
los ríos
el agua corre libre y da contento
al que quiera beberla cada día.
Llamad, que vengan todos a la
mesa,
que la mesa es de todos
y hay sitio y hay comida
suficientes
también para los más hartos de
hambre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario