martes, 17 de enero de 2017

CONFERENCIA DE PRESIDENTES AUTONÓMICOS


Se celebra, por fin, una de esas reuniones que no deberían pasar desapercibidas pues en ella se juegan demasiadas cosas, de esas de las que dice la sabiduría popular que con ellas no se debería jugar. Es la llamada Conferencia de Presidentes Autonómicos. A mí me parece que esta paella tiene tantos ingredientes, que no es fácil que se pueda servir en su punto. El principal de ellos es el de la financiación autonómica.
Para empezar, faltan a ella dos presidentes de los territorios que parecen lucir como logro precisamente el enfrentamiento con los demás y la defensa de la bilateralidad con el Estado, en lugar de la multilateralidad entre diversas regiones. Ya me dirán cómo se come ese plato.
Pero es que, además, existe el peligro de interpretar que es el mejor presidente autonómico aquel que defiende a los ciudadanos de su autonomía, con independencia de cómo queden los de las demás. Y en esto no siempre  se notan las diferencias de ideología. Porque uno da por hecho que un dirigente de la derecha se apunte a sus intereses más próximos, pero esperaría que otro dirigente más social supiera ceder y hasta defender que acaso su región tiene que ceder más que aquella otra que es más pobre, aunque no sea la suya y hasta esté gobernada por políticos de otro color.
Por si fuera poco, incluso en la mejor de las disposiciones, ¿cuáles son las variables que han de tenerse primero en cuenta para que tanto el reparto como los resultados sean justos y equitativos? ¿La población, concentrada o dispersa?, ¿la extensión territorial?, ¿las curvas de población?, ¿la productividad natural?, ¿el tejido industrial?, ¿la centralidad y la periferia?, ¿el carácter más o menos innovador de los habitantes?... Grave asunto este en cualquier caso. Y, termine como termine todo este asunto, ¿cómo se lo han de tomar los habitantes de cada territorio? Ojo que ahí se juegan después muchos resultados electorales autonómicos y suele parecer siempre más “macho” aquel que se lleva a su región la mejor tajada.
¿Estarán los dirigentes a la altura? ¿Estarán los electores también a la altura? Alguna parte de España ya sabemos que, casi históricamente, atiza su complejo con aquello de que España nos roba; otras regiones se quedan solo en las cantidades sin atender a las variables desde las que se han confeccionado; otras tal vez se olviden de que quien da suele pedir también que el que recibe se espabile y use bien lo recibido; otras…
Se juegan demasiados partidos en el mismo campo, las leyes del arbitraje no están del todo claras y los que tienen que jugar miran demasiado el color de su camiseta.

De nuevo se alza como valor superior el sentido común al lado de la mejor voluntad. Sin ellos y sin una mirada general que abarque algún sentimiento y algún fin común todo resultará más difícil. Que perdiendo un poco todos ganemos también todos.   

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