…LA VELOCIDAD CON EL TOCINO
Una persona muy cercana
viene a preguntarme por el significado de amaxofobia.
Me deja con los ojos como platos: nunca había oído -ni usado, por supuesto-
este término. Estaban preguntando por él en un programa televisivo en el que se
juega algo así como un millón de euros. Nada menos que un millón de pavos por
conocer el significado de unas palabras de uso escasísimo, desfasado y muy
especializado.
Programas de este tipo no
son infrecuentes en algunos canales televisivos. Al menos no degradan como lo
hacen los montones de basura de Telecinco. Y, ojo, que, si estos de Telecinco degradan,
lo hacen con una audiencia multitudinaria, y, entonces, nos tienen a casi todos
lelos, imbéciles y abducidos con la tontería. Y después, los mismos que
producen, promueven y ven ávidos todo lo que en ellos se cuece se escandalizan
con hechos e imágenes que son consecuencia directa y lógica de los mismos. Pura
contradicción y apariencia al canto.
Con esta comparación,
supongo que más de uno se enfadará conmigo –¡componedor de palabras y ahora
quitándole importancia al dominio del léxico!- porque parece que tengo el rejón
en la mano para clavárselo en lo alto del morrillo a los programas de la
memoria. Tal vez tenga razón, Que, entonces, haga lo mismo con su rejón y con
mi morrillo y tendremos la fiesta consumada.
Me pregunto y me he
preguntado muchas veces, en situaciones similares, qué aportará a los demás y a
cada persona en particular saber el año exacto de la película tal o cual, o el
color del vestido que lucía no sé quién en tal escena. Y siempre me quedo vacío
pensándolo. En algún programa los cuelan como trampa para que el acierto del
conjunto se vuelva casi imposible. Así el juego sigue día tras día y programa
tras programa.
¿Cuándo vamos a fomentar
la presencia y la alabanza de las personas que sepan pensar; que controlen los
principios, aunque se les escapen los detalles; que sean capaces de relacionar
elementos y no que solo se dejen llevar por los destellos del primer rayo; que
extraigan consecuencias, analicen las causas y preparen su mente para los
acontecimientos del futuro? O sea, ¡que anden sueltos en el manejo del sentido
común, de la buena voluntad y de la lógica más elemental!
Cuando a uno de los que
se someten a la dictadura de la memoria le da por porrear en la tecla y acierta
con el dato del día y de la hora en que el portero abrió las puertas del teatro
de la ópera -poco importa la calidad musical de la obra-, aquel día lo hacemos
pasear por el escenario de los medios y por todas las pasarelas. Mientras
tanto, la vida sigue en sus barullos y en sus prisas, y los principios que
regulan casi todo y que al menos atisban las causas, las consecuencias e
incluso alguna solución, siguen del salón
en el ángulo oscuro, esperando la
mano de nieve que sepa arrancarlos.
En fin, es aquello de
mirar el dedo y perderse los encantos de la luna.
¿Son necesarios programas
de entretenimiento? Claro que sí.
¿Se están pidiendo
reflexiones de tipo sesudo y abstruso? Por supuesto que no.
Siempre hablamos de
grados y de frecuencias. Y no me digan…
N.B. Y, por cierto: amaxofobia:
amaxa + fobos: rechazo, temor a conducir. Queda incorporada a mi léxico
personal.
Mañana mismo me voy a Ávila
a pasar el día con mi familia. Espero no padecer de este mal.
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