viernes, 14 de febrero de 2020

...LA VELOCIDAD CON EL TOCINO



…LA VELOCIDAD CON EL TOCINO
Una persona muy cercana viene a preguntarme por el significado de amaxofobia. Me deja con los ojos como platos: nunca había oído -ni usado, por supuesto- este término. Estaban preguntando por él en un programa televisivo en el que se juega algo así como un millón de euros. Nada menos que un millón de pavos por conocer el significado de unas palabras de uso escasísimo, desfasado y muy especializado.
Programas de este tipo no son infrecuentes en algunos canales televisivos. Al menos no degradan como lo hacen los montones de basura de Telecinco. Y, ojo, que, si estos de Telecinco degradan, lo hacen con una audiencia multitudinaria, y, entonces, nos tienen a casi todos lelos, imbéciles y abducidos con la tontería. Y después, los mismos que producen, promueven y ven ávidos todo lo que en ellos se cuece se escandalizan con hechos e imágenes que son consecuencia directa y lógica de los mismos. Pura contradicción y apariencia al canto.
Con esta comparación, supongo que más de uno se enfadará conmigo –¡componedor de palabras y ahora quitándole importancia al dominio del léxico!- porque parece que tengo el rejón en la mano para clavárselo en lo alto del morrillo a los programas de la memoria. Tal vez tenga razón, Que, entonces, haga lo mismo con su rejón y con mi morrillo y tendremos la fiesta consumada.
Me pregunto y me he preguntado muchas veces, en situaciones similares, qué aportará a los demás y a cada persona en particular saber el año exacto de la película tal o cual, o el color del vestido que lucía no sé quién en tal escena. Y siempre me quedo vacío pensándolo. En algún programa los cuelan como trampa para que el acierto del conjunto se vuelva casi imposible. Así el juego sigue día tras día y programa tras programa.
¿Cuándo vamos a fomentar la presencia y la alabanza de las personas que sepan pensar; que controlen los principios, aunque se les escapen los detalles; que sean capaces de relacionar elementos y no que solo se dejen llevar por los destellos del primer rayo; que extraigan consecuencias, analicen las causas y preparen su mente para los acontecimientos del futuro? O sea, ¡que anden sueltos en el manejo del sentido común, de la buena voluntad y de la lógica más elemental!
Cuando a uno de los que se someten a la dictadura de la memoria le da por porrear en la tecla y acierta con el dato del día y de la hora en que el portero abrió las puertas del teatro de la ópera -poco importa la calidad musical de la obra-, aquel día lo hacemos pasear por el escenario de los medios y por todas las pasarelas. Mientras tanto, la vida sigue en sus barullos y en sus prisas, y los principios que regulan casi todo y que al menos atisban las causas, las consecuencias e incluso alguna solución, siguen del salón en el ángulo oscuro, esperando la mano de nieve que sepa arrancarlos.
En fin, es aquello de mirar el dedo y perderse los encantos de la luna.
¿Son necesarios programas de entretenimiento? Claro que sí.
¿Se están pidiendo reflexiones de tipo sesudo y abstruso? Por supuesto que no.
Siempre hablamos de grados y de frecuencias. Y no me digan…
N.B. Y, por cierto: amaxofobia: amaxa + fobos: rechazo, temor a conducir. Queda incorporada a mi léxico personal.
Mañana mismo me voy a Ávila a pasar el día con mi familia. Espero no padecer de este mal.

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