TODOS SOMOS CONTINGENTES…
Incluso tú, que tan
buenos esquemas de vida nos has dejado en tus trabajos cinematográficos.
Ha fallecido el director
de cine José Luis Cuerda. Fue ayer mismo y hoy casi ya no es noticia. Si acaso
lo sigue siendo es por tantas notas laudatorias como se han publicado.
Ser benevolentes es
siempre buena solución. España, además, es lugar en el que se aguarda hasta la
muerte para alabar lo que se denostó en vida. Todo es verdad y se superpone. Yo
creo que en esta ocasión las alabanzas merecen mucho la pena.
Yo ya he escrito acerca
de José Luis Cuerda y de alguna de sus películas. No podría hacer otra cosa más
que repetirme. Valga, entonces, ahora lo que sirvió hace ya mucho tiempo.
Anotaré, no obstante, algunas
brevísimas notas que me parecen fundamentales:
a)
Conocí a Cuerda, por primera y única vez,
allá por los años 80, en una comida distendida, después de una conferencia en
el IES Ramón Olleros Gregorio. En esa comida confesó, entre tantas otras cosas
interesantes, que cualquier película que sobrepasara una cantidad prudencial
(no recuerdo cuál dijo, pero resultaría ridícula en nuestros días) en su
presupuesto tendría que ser considerada como sospechosa. Se refería, claro, a
las grandes superproducciones de Hollywood, esas que tanto y tan mal nos han
marcado en su escala de valores a todos nosotros. Recuérdese al respecto lo que
en la película Amanece que no es poco
le soltaba el alcalde al profesor que se atrevió a levantar la mano para
defender en algo a los americanos. "Yo quería defender a los americanos
porque también tienen cosas positivas", dice Resines, el profesor.
"¡Vete a la mierda, hombre!", le responde el alcalde. Y es como si se le oyera hablar a Cuerda.
b)
José Luis Cuerda ha dejado un manojo de
películas fundamentales. No solo Amanece está
entre las elegidas. Ahí están El bosque
animado, La lengua de las mariposas, Así en el cielo como en la tierra, Tiempo
después… A pesar de mi devoción por muchas de ellas, me quedo con Así en el cielo como en la tierra. Podría
expresar muchas razones para defender esta elección.
c)
He dicho muchas veces, y sigo diciendo,
que me gustaría haber sido en mi profesión como el maestro de La lengua de las mariposas. "Si
conseguimos que una generación, una sola generación, crezca libre en España, ya
nadie podrá arrancarles nunca la libertad”.
d)
Estoy orgulloso de que algunas personas
hayamos fundado y sigamos manteniendo en Béjar una agrupación rarísima para los
tiempos que corren, que, en honor de Cuerda, se llama El libre albedrío.
e)
No sé por qué esta película tardó tanto
tiempo en hacerse una película de culto y un referente del surrealismo
cinematográfico español.
Y así hasta que
quisiéramos.
Cada secuencia de Amanece sugiere y merece una glosa interesante
y sabrosa, pues condensa casi todo lo que la vida nos puede presentar; su
actualidad resulta evidente.
En su honor y como un
guiño final, sirvan sus propias palabras ante la muerte: “Nunca había
visto a nadie morirse tan bien. Qué irse, qué apagarse”.
Aunque no sé si no se te habrá oído este reproche: “Ya no aguanto este sindiós".
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