jueves, 22 de septiembre de 2011

RECUERDO CON CARIÑO TU CONCIENCIA


Ayer era la tarde con sus horas
plateadas de estío y de conciencia
y hoy es solo el olvido
de cuanto duerme en paz en tu memoria.

Te vi devaluarte en un perpetuo sueño,
hacerte humilde sierva
del reino donde todo se disuelve
en nube pubescente y en aliento
de un dios desconocido. Olvidaste
la evocación exacta de las cosas,
sus límites precisos y sus dolidos cauces,
dibujaste un camino de retorno
hasta estación perdida de los fondos marinos,
tus trenes se perdieron
sin enlazar a tiempo con las vías
        de ese rompecabezas formidable
que precisaba rumbos en tu mente consciente.

Todos aquellos fuegos de artificio
que encendía tu conciencia
para feliz disfrute de ti misma
se fueron apagando sin remedio.

Primero fue una leve incongruencia,
una tenue extrañeza
por falta de la lógica más simple;
después la catarata interminable
de cortocircuitos, la tormenta
de todas las tormentas, el naufragio
en el mar de los días. Te perdiste
por unos laberintos imposibles.

Fue la vida un retorno, el cruel proceso
del desgaste fatal de tu conciencia,
el descontrol sin causa de los significados,
la desnudez impúdica de todos los avales,
la vuelta a los principios,
la grave afectación de la conciencia,
la disfunción estricta
de algunos territorios cerebrales
que guardaban noticia
de tu fértil conciencia autobiográfica.

Duérmaste en el olvido, dulcemente
acunada en la luz de mi conciencia,
que velaré tus sueños tan profundos
mientras me quede luz en la memoria.

1 comentario:

Sinda dijo...

Emocionante recuerdo. Ya quisiera yo (y cualquiera)que un hijo escribiera algo así. Magnífico.
A José Luis Majada también le habría gustado.
Besos