viernes, 24 de enero de 2020

*TOPÍAS Y UTOPÍAS


*TOPÍAS Y UTOPÍAS
Escribe Jesús Majada sobre utopías y utópicos. Lo hace con la precisión, la claridad y la templanza que le caracterizan. Firmo debajo de lo que en este escrito se expone.
Me gustaría, no obstante, extraer alguna consecuencia y añadir alguna consideración.
Las utopías, por definición, no se cumplen: lo son precisamente porque no vemos en el horizonte su cumplimiento. Caminante, no hay camino…; Aunque sepa los caminos, yo nunca…; etc.
Pero los intentos se repiten y las ilusiones no se pierden; unas duran más y otras se despeñan con mayor estruendo por el precipicio. Ahí siguen los compendios teóricos y los hechos sociales y políticos que se han producido. Quizás más importante sea comprobar que sí se han dado pasos, y que estos se consideran ya casi irreversibles. Es decir, que se sigue caminando.
En el mismo escrito se viene a concretar la alabanza en personas (Anguita, Gerardo Iglesias) que han dado vida a esos esfuerzos y han dejado el ejemplo de la honradez y de la convicción en esos deseos de un mundo mejor para la comunidad. También lo firmo. Para esas personas y para muchas más, también para las más desconocidas.
Me parece, no obstante, que esa es una prueba de lo que quiero añadir para la consideración. La idea se ha encarnado y ha tomado nombre y apellidos; le hemos puesto cara de proximidad a lo que solo estaba en nuestro entendimiento y en nuestra imaginación. Y de ahí emana su fortaleza y su atractivo mayor. En absoluto tiene que invalidar esto los fundamentos teóricos, pero con este retrato adquieren más fuerza y colorido.
Y es ahí donde tal vez podamos pasar de las utopías a las *topías (me permito el neologismo). Quiero decir pasar de las musas al teatro, de la teoría a la práctica y de las ideas a los hechos. Hay lugares y tiempos acotados (topoi) en los que el individuo puede dejar un poquito más de huella personal que marque dirección y camino hacia la utopía. De este modo, las utopías se hacen tal vez mucho más numerosas y algo más accesibles.
Por lo demás, ¿qué vida sería esta sin *topías y utopías personales e individuales? No serán todas arquitecturas teóricas como las de Tomás Moro, Platón o Marx, pero tendrán encarnadura y empujarán a otros por el camino del ejemplo diario y de la honradez.
Acerca de los insultos y palabrería de tantos y tontos, mejor no gastar mucho tiempo y esfuerzo. Oír y escuchar, pero no poner malos gestos ni gastar malos humores. De ahí y por ahí vamos a sacar poco.
Vale.

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