VISTA HACIA ADELANTE
Toda serie tiene sus fases, o al menos sus temporadas. Como las de la
televisión. Entre unas y otras se suele hacer algún descanso para reponer
fuerzas o para reorganizar lo que se está realizando.
Cuando comenzó la escalada de la pandemia, sin proponérmelo, sentí la
necesidad de colaborar con algo, desde este campo en el que me muevo. Era
evidente que todos teníamos que aportar algún grano de esperanza. He seguido el
camino día a día. No sé si ha valido para algo. Espero que sí.
Llevamos exactamente dos meses sin libertad de movimientos, con un
número interminable de fallecidos, con casos de infectados que no terminan de
asentarse, con un futuro totalmente incierto en lo que a la sanidad y a la
economía se refiere, con la necesidad ya imperiosa de activar la realidad
diaria, con…
Tengo que confesarme que, a pesar de algunos guiños irónicos para
aliviar la tensión, no me he visto casi nunca inmune mentalmente, y el panorama
me sigue pesando y me tiene un poco en caída libre mental. Sigo afirmándome en
la idea de que nada de lo que sucede me es ajeno, pero debo poner una barrera
de contención, una mascarilla de ánimo y un lavado de manos que me aleje un
poco de todo lo que de pandemia me apabulla.
Sé que solo es un propósito y que no lo voy a cumplir. Me conformaría
con rebajar el tono y con levantar un poco el ánimo. Coño, que, a pesar de
todo, la vida sigue y seguirá sin solución de continuidad, y, frente a aquello
en lo que no puedo hacer nada, no debo tener preocupaciones especiales. Pero si
me paso muchos ratos aconsejando estoicismo. Y ahora yo con estas quejas.
Ojalá estas breves palabras me sirvan un poco de catarsis y de
reconciliación. Que hay mucho por lo que vivir y alegrarse. Y todo irá, sin
duda, mejor. Peor es difícil. Debo desempolvar mi lema y cargarlo de energía: “Solo
quiero querer y ser querido”.
Incluso hasta hemos aprendido de todo lo que ha sucedido algunas cosas. Por
ejemplo:
-¿Hay todavía alguien que siga pensando que un partido aislado, o un país,
está preparado para hacer frente a una pandemia como esta?
-¿Qué falta le hacemos a la naturaleza? Sin nosotros ha cuajado una
primavera espectacular.
-¿El estilo de vida que llevamos y el cambio climático son compatibles?
-¿La distribución de la población, con grandes aglomeraciones y
territorios vaciados, es lo más recomendable?
-¿Abrimos el melón de la religión?
-¿Seguiremos dando la misma valoración a nuestros mayores?
-¿El sistema individualista es el más aconsejable?
-¿Cuál es el valor de la familia en estas situaciones?
-¿La organización laboral y salarial va a seguir siendo la misma?
-¿Y los niveles de producción y de gasto?
Después de sesenta y un días de confinamiento. Ánimo.
1 comentario:
Ssbes qué...todas estas preguntas las planteamos en el vermouth de mañana.
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