sábado, 9 de mayo de 2020

DESCUBRIMIENTO



DESCUBRIMIENTO

La vida era comer con los amigos
debajo de algún árbol en el campo;
era jugar en Ávila a hacer juegos
con Sara y con Rubén en cualquier sitio;
era pasear las calles y los parques
sin prisas y con pasos de nostalgia;
era sentarte un rato en la butaca
para ver el partido de las cuatro;
era escribir poemas sin agobios
del virus que amenaza como espadas;
era, en fin, estar listo para todo
lo que la vida ofrece a cada paso.

 Era comprar el pan, era el afecto
y era el eco de todas las llamadas
(los hijos, la familia, los amigos),
la libertad, el aire, la sorpresa
que asoma en las aceras y en las calles.

Hoy hemos aprendido que era cierto          
lo que andaba perdido, abandonado,
ese cuarto y mitad de cada día        
que sigue la costumbre de lo humilde,
la sencilla nostalgia de la repetición.

Otra vez da dolor lo que se pierde
y se canta con voz triste y quebrada.

Estamos para todo lo que existe,
también para los besos, las palabras;
y ha de volver la vida por sus pasos,
a ser la sencillez, la luz, el eco
de todo lo que habíamos olvidado.

Día 56 de algo que se parece al confinamiento. Ánimo.

3 comentarios:

mojadopapel dijo...

Hay una cosa buena Antonio nos hemos dado más cuenta del valor esencial de esas cosas y personas que llamamos cotidianas.

Antonio Merino dijo...

Curioso:de repente venimos a descubrir que no son la riqueza ni un coche nuevo ni unas buenas vacaciones ni algún viaje de placer las cosas que más nos gustan. Ha bastado un algo desconocido para darnos cuenta de que es todo aquello a lo que no dábamos importancia ni prestábamos atención lo que realmente nos ayuda a vivir. Ojalá tomemos nota y, en adelante, pongamos buen cuidado en las cosas más sencillas: la cercanía con la familia, la charla con los amigos, los paseos… Pero me temo que no aprenderemos.

Antonio dijo...

Ojalá.