LA OTRAS NORMALIDADES
Uno ya tiene la sensación
de que se ha habituado a eso que llaman otra normalidad: tanto tiempo en casa
da para eso y para más. Pero es que resulta que se empieza el entrenamiento
para otra nueva normalidad, que nadie, creo, sabe realmente en qué va a
consistir ni cuánto tiempo va estar vigente. Habrá que hacer realidad aquello
de la resiliencia y así incorporamos palabras nuevas; o sea, tendremos que
ponernos a prueba en la adaptación a lo que los tiempos nos vayan marcando,
resistir y resistir.
El día primero de mayo,
los representantes de los trabajadores llaman a una manifestación general para
recordar la situación laboral y social de los más desfavorecidos y para
reclamar un sistema social más justo y solidario. Es algo que afecta a todo el
mundo y su ausencia mata -cuesta decirlo en estas circunstancias- más que el
virus. Diversas circunstancias explican que, en las últimas convocatorias, la
asistencia no haya sido la más numerosa. Es asunto largo de contar.
El contexto actual obliga
a ingeniárselas para hacer llegar las peticiones a todo el mundo de otra
manera. Es la otra normalidad. No habrá gentes por las calles con pancartas,
pero las causas de las peticiones siguen estando ahí y son las mismas. Queden
aquí escritas, ya que no pueden salir a la calle a cara descubierta. No están
mal para pensarlas y para hacerlas nuestras, si es que nos parecen justas.
1.
Reivindicamos un nuevo modelo económico y social cuya prioridad sean los
derechos y el bienestar de las personas.
2.
Reivindicamos el trabajo como principal factor de cohesión social, ejemplarizado
en este tiempo por las trabajadoras y trabajadores de los sectores esenciales y
de los servicios públicos, de manera singular, por todo el personal sanitario.
3.
Reivindicamos condiciones de trabajo dignas y salarios suficientes, y denunciamos
las reformas que se hicieron para devaluar y precarizar el empleo.
4.
Reivindicamos el papel de la mujer trabajadora en una sociedad más igualitaria
y justa. Muchos de los sectores laborales que hoy están salvando vidas,
facilitándonos la provisión de alimentos o evitando que se extienda la
pandemia, son sectores feminizados, en los que muchas de estas trabajadoras no
llegan ni a mileuristas.
5.
Reivindicamos, hoy con más fuerza si cabe, una Unión Europea más social y
políticamente más unida y más solidaria.
6.
Reivindicamos algo que siempre hemos considerado un pilar esencial del Estado
de bienestar, los servicios públicos, que sufrieron los recortes durante la
gestión neoliberal de la crisis de 2008 y con los que algunos poderes
autonómicos se han ensañado y que deben ser considerados un bien social ahora y
siempre.
7.
Reivindicamos, ante el drama humano, social y económico que está causando el
coronavirus, que las políticas públicas (y también privadas) atiendan sobre
todo a las personas y sectores más vulnerables. En este sentido, hay que poner
en marcha cuanto antes un Ingreso Mínimo Vital.
8.
Reivindicamos un Pacto de Estado para combatir el COVID19 y reconstruir la
estructura económica y productiva de nuestro país, garantizando que no dejamos
a nadie atrás. Sindicatos y organizaciones empresariales estamos llamados a
jugar un papel determinante en este proceso.
9.
Reivindicamos el impulso de políticas sectoriales en el corto plazo en los
sectores que más van a sufrir la caída de actividad, así como la recuperación
de una base industrial para nuestro país que garantice el aprovisionamiento de
bienes básicos. También la inversión en Investigación, Desarrollo e Innovación,
que en el ámbito sanitario, pero no sólo en él, se vuelven a demostrar imprescindibles
para un país.
10.
Reivindicamos una estrategia económica y social de desescalada y salida de la
crisis acompañada de un cambio de modelo productivo, respetuoso con el medio
ambiente y asentado en el empleo estable y con derechos.
Esto sí que sería también
acostumbrarse a otra nueva normalidad.
Día 48 de confinamiento.
Ánimo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario