miércoles, 10 de junio de 2020

AMANECE EN LA PAZ DE LOS CAMINOS



AMANECE EN LA PAZ DE LOS CAMINOS

Amanece en la paz de los caminos,
la mañana se gesta lentamente,
con rumor de castaños y de pinos.
La luz va conociendo su existencia
a medida que hiere con sus rayos
la piel de la arboleda y de las rocas.

Aquí los robles con su frente altiva,
el rumor de una fuente; allí el sonido
de un pájaro que canta en cualquier rama,
o el viento, que acompasa sus vaivenes
al baile cadencioso de las hojas.

Se despereza el mundo, se hace cierto,
y, en el temblor, conoce que está vivo.

Yo soy luz, soy también naturaleza;
cuando entrego mis pasos al sendero,
conozco y me conocen, soy testigo
del hermoso milagro de la vida.

También yo tiemblo y vivo
al compás impreciso y luminoso
en que se va fraguando el nuevo día.

Es el campo un paisaje que ahora luce
vestido de misterio y de hermosura.
Respiro satisfecho, contemplando
lo que la luz me ofrece y, contemplando,
me pierdo en el olvido.

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