martes, 2 de junio de 2020

LA LENGUA Y LA PANDEMIA


LA LENGUA Y LA PANDEMIA
El tiempo es uno de los dos pilares en los que se asienta nuestra percepción de la vida; el otro es el espacio. Sin el concepto de tiempo no sabríamos vivir. Se trata de un subterfugio con el que nos engañamos y que nos sirve para simular que tenemos atada a la vida en períodos. Pura ilusión.
Solemos distinguir (nueva ilusión) entre pasado, presente y futuro. Después, hasta nos atrevemos a otras subdivisiones, que quieren ser más precisas. Así, dentro del pasado, acotamos pretérito perfecto compuesto, simple, imperfecto, pluscuamperfecto, y hasta los ya casi olvidados pretéritos anteriores.
Una explicación muy sencilla nos indica que el pretérito perfecto (ha pasado) indica una acción anterior en un tiempo no finalizado; por el contrario, el pretérito perfecto simple (pasó) se refiere a una acción pasada en un período de tiempo terminado. A ello hay que añadir las variantes geográficas, las connotaciones… Pero quedémonos con lo general.
La lengua no es más que una pobre aproximación a la realidad. Pobre, muy pobre. Como, además, la realidad es cambiante, le lengua se hace un lío continuo y navega en las imprecisiones. El que no entienda esto estará pidiendo peras al olmo y se quedará sin postre.
Si nos fijáramos un poco, veríamos que los medios oficiales y los portavoces de casi cualquier organismo han modificado sus tiempos verbales y, podíamos decir, se han cambiado al pretérito perfecto para hablar de la situación de la pandemia. Solo hay que fijarse un poco para detectarlo. Así, lo peor ha pasado, han sido días muy duros, los profesionales se han portado… Frente a estas expresiones, no hace casi nada escuchábamos nos esperan semanas muy duras, estamos viviendo momentos muy dolorosos, los hospitales están saturados…
Los discursos se van trufando de formas verbales en pasado; primero próximo, todavía con miedo, aún dentro de periodos de tiempo que no estamos seguros de que hayan pasado del todo porque nada hay seguro todavía…
Pero algo es algo. Empezamos a sentir los hechos como algo que va quedando atrás, aunque nos sople en los oídos y nos amenace. El lenguaje traslada como puede y sabe, o sea, débilmente, la realidad, tanto física como sicológica.
¿Cuánto tiempo tendrá que pasar para que en los discursos se cuele el uso del pasado simple para hablar de la pandemia? Serán los momentos de lo peor ya pasó, fueron días muy duros, los profesionales se portaron, los hospitales estuvieron saturados…
De momento, celebraremos la presencia del pretérito perfecto compuesto (han pasado). A ver si pronto le hacemos hueco al pasado simple y podemos gritar pasaron. Venga.

1 comentario:

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Me gusta tu optimismo, Antonio, pero ya sabes que hasta el rabo todo es toro...