Se cumple hoy exactamente
un año de la toma de posesión de las actuales corporaciones municipales.
Recojo, de mi entrada del 15 de junio de 2019, algunas de las palabras que
dirigía, en una carta abierta, a la alcaldesa de Béjar. Es solo la última parte
de la misma. No sé si leyó aquellas ni si leerá estas, pero me apetece
repetirlas, porque las creo pertinentes.
Solo quiero añadir la evidencia
de la necesidad de que, en las circunstancias actuales, se sumen fuerzas desde
todos los grupos políticos, sobre todo desde aquellos más próximos, que, si
encontraron alguna justificación para su camino particular y separado, hoy, a
todas luces, ese discutible impedimento no existe, y habría que pensar que,
eliminada la presumible causa, se habrían eliminado también sus consecuencias.
Creo que conozco bien aquel proceso (hasta lo tengo escrito en algún sitio) y
sé de qué hablo. La ciudad no se merece ni los recelos ni las desconfianzas,
sino las manos abiertas, las buenas voluntades, la falta de personalismos
estériles, el bien común por encima del éxito o el fracaso personales, y el
sentido común. Todo ello en beneficio de los ciudadanos más necesitados, que
siempre son muchos y ahora muchos más. Que quien quiera oír que oiga, y, si
puede ser, que entienda y actúe.
Estas son las palabras
que conformaban la última parte de aquella carta abierta:
Cuando
una alcaldesa, un concejal o cualquiera otra persona asientan su vida en
principios sólidos, sus actuaciones serán también razonadas y producto del
sentido común y de la buena voluntad. Espero que tus principios sean tales y
que tu actuación se realice bajo la mirada de esas luces. Ese conjunto de ideas
se llama (tú lo sabes) ideología, eso que desde tantos lugares se desprecia con
aquello de “obras, no palabras”. Cuando se posee ideología, no hace falta
acudir a ver cómo se presentan las circunstancias y cómo ha amanecido el día
para decidir, sino que las resoluciones llegan solas.
Permíteme
recordarte un brevísimo esquema de una ideología que tú conoces y que a mí me
parece la menos mala. Dice así:
a)
La
vida es una breve carrera en la línea del tiempo.
b)
Si
no se parte en igualdad de condiciones, todo lo demás está falseado y es
mentira.
c)
Si
no se estimula y recompensa el esfuerzo personal, también estaremos premiando
la injusticia.
d)
Al
menos cronológicamente, es anterior la igualdad de oportunidades que el
esfuerzo personal.
e)
Merece
la pena dedicar más esfuerzo a facilitar la igualdad de oportunidades.
Ya
ves, solo cinco ideas para todo un programa.
Yo
no quiero pedirte ni piscinas ni calles: de todo esto ya os lloverán chuzos a
diario; pero sí coherencia y principios. Lo demás, repito, vendrá solo.
Después,
pasará el tiempo, que es lo que siempre pasa, y similares causas que te han
colocado y os han colocado donde ahora estáis os pedirán que dejéis paso a
otros. Y seguirá constante el paso de los días como si nada hubiera ocurrido.
Entonces, como ahora, serenidad, sosiego y calma. Porque, como también se dice
en el Quijote, “cada día tiene su afán”, “y amanecerá Dios y medraremos”.
A
ver si fuéramos capaces entre todos de agitar las mentes y las conciencias de
todo lo que nuestros convecinos guardan en sus mentes, que seguro que no es
poco ni malo.
Ánimo
y suerte.
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