LA
FUERZA DE LA LUZ
La fuerza de la luz de la mañana
desnuda cicatrices por el mundo.
Hoy las vendas de mayo son tan verdes
que apenas nos permiten ver la sangre.
Hasta la hora
en la que el sol se eleva y cristaliza,
o levanta persianas transparentes
para llamar a todos a impregnarse
de la liturgia limpia de la celebración.
También a la intemperie se han quedado
todos los claroscuros que la noche
había llevado al centro del olvido.
Con esa nueva luz debo volverme
a la conciencia curva de la vida,
a ese vaivén que mueve ciegamente
todo lo que sucede cada día.
Vamos a contemplar cómo su impulso
nos descubre también nuestro relieve
y hagamos de la luz ese aliado
que grave a fuego lento en nuestros cuerpos
la hoguera de la vida y sus cenizas.
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