DECEPCIÓN
Primero el resbalón y la
caída
por cualquier causa acaso
inesperada;
después el despertar a la
certeza
de que todo el conjunto
de ilusiones
que empujaban con ánimo a
la vida,
a la vida real de cada
uno,
ha resultado ser ficción
y engaño,
y descubrir, de pronto,
con más pena,
que nunca aquella vida
fue tal vida.
Estado natural de decepción.
Vivimos al albur de un laberinto
que vela lo real y nos confunde,
soñando disfrutar, en
espejismo,
algo que, en realidad,
nunca existió.
En ese estado gris de la
conciencia,
la voluntad se afirma
como empuje,
como tenaz empeño, como
espíritu
que lanza a la pasión de
nuevo al ruedo,
en busca de otro espejo
en que mirarnos
y volver otra vez a la
locura,
en ese sube y baja
sempiterno
en el que se consumen
nuestras vidas.
A pesar de la pérdida de todas
las certezas,
existen los momentos de ventura,
los rayos que iluminan la
ceguera.
Y también estás tú, y eso
me salva.
1 comentario:
Antonio yo entiendo que la vida no es solitaria, aunque hay quien elige esa opción... la vida es disfrutarla con los demás, y en ello sigue mi empeño, las limitaciones nos vendrán de una firma física, cada vez más cercana pero el espíritu vuela libre sin limitaciones ni pandemias, tú precisamente dispones de alas para volar en el uso de la palabra y hacer que los demás volemos contigo.
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