miércoles, 4 de noviembre de 2020

DE AQUELLOS POLVOS...

 DE AQUELLOS POLVOS…

Siempre es bueno separar la imagen del árbol de la visión del bosque, no confundir la anécdota con la categoría, distinguir entre el dato concreto y la tendencia. En este mundo eléctrico y falto de reposo, todo se nos va en relámpagos y en imágenes fugaces. La consecuencia es el tópico y la apariencia dominándolo todo.

Leo un libro cuyo título es este: Franquismo S. A. Su autor es Antonio Maestre. En él trata de dar cuenta de cómo todas las principales compañías de la producción en España son deudoras de las numerosas prebendas y beneficios que recibieron en la época de la dictadura. Se repasan los bancos, las petroleras, las constructoras, las compañías de gas, de alimentos…

Según leo, tengo la impresión de que a veces se toma un poco el rábano por las hojas y de que no siempre la conclusión es tan radical como se afirma, sobre todo porque creo ver como cierta disposición a cargar con el muerto, aportando cualquier elemento tomado un poco a trasmano.

Pero, aunque sienta esta tentación, la convicción, a la vista de tantos datos y casos, resulta apabullante. Es decir, que no vale una anécdota ni un caso aislado; pero sí la tendencia y la suma de ejemplos, lo que nos da como resultado un panorama desolador.

Tampoco me resulta del todo agradable que se visualice tanto en personas concretas, de carne y hueso, de esas llamadas de la alta sociedad. Yo no sé cuántos se resistirían a la tentación de aprovecharse de una situación tan favorable, aunque esto no justifique, pero ayuda a explicar, sus acciones. Creo que tiene mucho mayor alcance pensar en la validez del sistema que permitió tales sucesos y en si no merece la pena darle una vuelta y hasta cambiarlo por otro menos pernicioso. Tal vez el autor piense que esta es labor más del lector que del autor del libro. Porque se argumentará que el sistema ya hemos cambiado formalmente, Claro, formalmente.

Es este mundo de las oligarquías y de los casi monopolios el que sigue dominando casi todo, por más que lo haga con aparente pulcritud y con corbata. A ver, si no, cómo iban a salir en el Hola.

En fin, una cura de realidad y hasta de desánimo, por más que la idea general la conociéramos todos. Y todo ello en tiempos de pandemia. Ufffffff.

De aquellos polvos…

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