EL TIEMPO RECOBRADO
De tarde en tarde vuelve aquella
tarde
en la que todo fue conciencia cierta
del regalo perpetuo que es la
vida,
como precioso don que se recibe
sabiendo que otorgarle por
respuesta
cualquier adolescente negativa
no se llama vivir sino condena.
En su transcurso lento y generoso
fue aclarando la luz de la
memoria,
como en lucha tenaz con la
costumbre:
ese rastro perdido de lo que fue
algún día.
Y llegaron los nombres de las
cosas
con el sabor feliz de la
sorpresa.
Aparecieron luego los objetos,
como si fueran ecos de las sílabas
en un espacio azul. Era la tarde
cielo, dolor, amor, rosa,
destino.
Y era una fiesta llena de
invitados
que inventaban de nuevo un nuevo
mundo
con palabras hace ya tiempo
escritas
y puestas a dormir en el olvido.
Camino del crepúsculo llegaron
las primeras noticias de la noche
en forma de señal que sobrevive
y hace el pasado luz resucitada.
Con todas las palabras celebramos
que el tiempo y el amor nos
pertenecen
y el mundo vuelve a estar recién
nacido
en el espacio azul de nuestros
brazos.
1 comentario:
Resucitar para renovar...no es mal plan.Me apunto.
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