PASOS INSEGUROS
En el fondo de cualquier cultura,
cuando los campos del pensamiento son hileras de surcos sin roturar, todo se
hunde en el CAOS, en la
indefinición, en la falta de medidas, en la materia difusa y confusa, en el yo
no sé ni puedo saber, en el desorden, en la anomia…
A medida que nos acercamos al presente,
el orden se va perfilando; aunque sus coordenadas se vean desde muy lejos, en
manos de seres superiores, distintos y distantes, misteriosos y dueños del poder
ante el que nos sentimos asustados y confusos. Es el tiempo del MITO.
Pero el mito se hizo hombre y habitó
entre nosotros. El ser humano le fue perdiendo el miedo a lo desconocido, le
comió el terreno a los sustos y a las creencias e intentó hacerse dueño del
arma poderosa de la RAZÓN. Estamos
ya en época histórica y conocemos la elaboración de los principios básicos con
los que nos regimos hasta nuestros días.
Con un paso adelante y dos hacia
atrás, el resto del camino no ha sido otra cosa que el desarrollo de las potencias
de la razón. A pesar de las numerosas interferencias y de los palos en las
ruedas que se han prodigado por el camino.
¿Y después de la razón, qué? Porque la
religión, esa urdimbre extraña que aquieta la razón, se sitúa mucho más cerca
de las etapas anteriores (sobre todo del mito) que de la presente. Se diría que,
en nuestros días, una buena parte de la comunidad ha perdido la fe en la fe,
que no se refugia en ella como lo ha hecho a lo largo de la Historia.
Ah, pero es que tampoco las manos de
la ciencia, la expresión práctica de la razón, nos consuelan siempre, pues
enseñan sus límites y sus deficiencias a todas horas. Tal vez en estos tiempos
de pandemia este hecho sea más evidente.
Entonces, ¿qué asidero le queda al ser
humano?, ¿de qué echar mano? Angustia vital. Tal vez lo mejor sea rebajar expectativas
y consolarse con la certeza del genérico ´esto es lo que hay´, que no resuelve
nada, pero que nos sitúa en una posición realista y poco ventajosa. Y, a partir
de ahí, sin aspavientos y con mucha humildad, seguir confiando en la razón y en
la ciencia como fórmulas más humanas, enriquecedoras y beneficiosas para el
ser humano y para la comunidad.
“Piensa
el sentimiento; siente el pensamiento”. Y en esa confusa mezcla andamos,
sin saber muy bien cuál es la cantidad necesaria ni del sentir ni del pensar.
1 comentario:
No está de moda la razón y el pensamiento. Nos invaden las imágenes por todos lados, el culto al cuerpo y la popularidad mal entendida... se fomenta tener dinero y exito en la vida como unico triunfo... No hemos sabido cultivar la cultura y el criterio propio en la juventud que vive manipulada por la informacion no contrastada... Quizás, sí hayamos roturado esos surcos hacia la cultura pero creo que no hemos sabido sembrar... Nuestra cosecha es pobre.
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