domingo, 29 de marzo de 2020

CONFORME A LA NATURALEZA


CONFORME A LA NATURALEZA
En el Libro I de sus Meditaciones, recoge el emperador Marco Aurelio una lista de agradecimientos a todos aquellos que han dejado huella en su carácter y en su manera de ser. Sin todos esos elementos que van configurando una educación, no se entiende la manera de comportarse que cada uno tiene en la vida. Después, cuando la edad y la experiencia lo permiten, es el individuo el que, con su esfuerzo y sus reflexiones, va creando una escala de valores desde la que orienta sus actuaciones y su manera de comportarse consigo mismo y con los demás.
Hace tan solo unos días comentaba de pasada a unos amigos que los gustos también se educan. Lo hacía pensando en la lectura, pero se puede aplicar a cualquier aspecto de nuestra actividad vital. Tal vez detrás de una costumbre que, en una determinada persona, parece que no supone esfuerzo, haya un recorrido de constancia y de convencimiento que conducen a un momento en el que efectivamente parece que no cuesta nada su práctica.
El comportamiento de Marco Aurelio obedecía exactamente tanto a las huellas que en él habían dejado sus próximos como a su ejercicio en la virtud.
Quiero destacar una de esas enseñanzas y agradecimientos. Dice M. Aurelio: “De Sexto (filósofo estoico e instructor del mismo) aprendí la benevolencia, el proyecto de vivir conforme a la naturaleza; la dignidad sin afectación; el atender a los amigos con solicitud; la tolerancia con los ignorantes y con los que opinan sin reflexionar; la armonía con todos; la capacidad de descubrir con método inductivo y ordenado los principios necesarios para la vida; el ser menos afectado por las pasiones y a la vez el que ama más entrañablemente a los hombres; el elogio sin estridencias; el saber polifacético, sin alardes”. Lib. I, 9
Todo un proyecto de vida. Para darle la importancia que merece, ya destaco en negrita el ajuste de la vida con la naturaleza.
Estamos pasando unos días en los que la naturaleza nos queda un poco a tras mano. Pero no del todo. Algunos tan solo pueden intuirla; otros la podemos contemplar desde casa, sin tocarla; algún privilegiado podrá tener alguna parcela para él solo. Sea cual sea nuestra relación con ella, será bueno que la llamemos a diálogo y que analicemos el uso que le estamos dando y la falta de integración que con ella tenemos.
La naturaleza posee sus propias leyes. Y las va a seguir queramos o no, nos alejemos o nos acerquemos a ella. No vamos a escapar de sus inapelables decisiones. Y no lo podremos hacer porque somos parte de esa naturaleza, una pequeña porción de ese todo que flota en el espacio.
El desarrollo de esa adecuación posee muchísimas variables y niveles, pero el principio sigue ahí después de cualquier sueño: concentraciones en megalópolis, extensiones vaciadas, superexplotación, consumo, residuos, ritmos de vida… Escala de valores, en suma. Y todo ello en cualquier nivel, en el de la comunidad y en el personal, también y sobre todo.
¿Nos estamos fijando en la respuesta inmediata de la naturaleza en tan solo unos días sin maltratarla? Polución, extensión de animales, ruidos y silencios, consumos… ¿Qué pensarán los pájaros y los animales del bosque al verse solos? Pero si hasta el sol parece que está asustado.
Cada cual extraiga sus propias conclusiones.
Día 15 de confinamiento. Vale.

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