LA LISTA DE LOS AFECTOS
Hace tan solo
unos días me comentaba un familiar esto: “Sabía que alguien tenía que escribir
algo así, y me alegro de que haya sido uno de los míos”.
Los míos,
¿quiénes son los míos? Se refería, claro, a todos aquellos que se sienten más
cercanos, unidos por los lazos del afecto, sean del amor familiar o de la
amistad.
Seguimos en los
días del confinamiento, en los parámetros del espacio reducido y de los
movimientos marcados, y en una nube de sensaciones que apuntan negro. A diario
nos movíamos con una rapidez que apenas dejaba paso al sosiego y a la
reflexión, el ritmo impuesto por la escala de valores no nos permitía buscar y
reposar en el mapa de nuestros afectos reales.
Estas horas
largas entre cuatro paredes pueden ser un buen momento para reorganizar y para
redimensionar ese mapa de nuestros afectos. Esa certeza ha de conseguirse con
el contacto virtual, pero aumentado, que es el que ahora nos está permitido.
¿Hacia dónde podemos mandar nuestros envíos con besos y con abrazos? A buscar
la lista y a subrayar uno a uno todos sus componentes. Aparecerán direcciones
que andaban un poco a trasmano y oxidadas; otras estarán gastadas por el uso,
pero seguirán fuertes y con las letras claras; algunas, por desgracia, habrán
cambiado de dirección y ya no reciben visitas ni cartas; tal vez otras…
Los
pensamientos, las llamadas (hoy tan necesarias), las palabras de aliento, el
sonido amigo, las distancias que se anulan, los malos entendidos que se
olvidan, los perdones que reaparecen, los silencios entrecortados que tanto
significan, las risas buscando el lado menos malo de las cosas…, las
sensaciones, en suma, de que hay gente al otro lado que quiere tender puentes y
que los necesita, como los necesitamos nosotros, y las certezas de que los
afectos desempeñan una función esencial en la convivencia.
Hoy seguro que
el mapa de cada uno tiene que hacerse más grande y recuperar señales que
sonaban poco.
Después, otra
vez las bombas de racimo: que cada círculo contagie a otros círculos y estos a
otros más, hasta conseguir que el mapa de los afectos se haga universal y ya la
interconexión entre todos se haga inevitable y gozosa. Seguiremos siendo
pequeños y contingentes, casi nada para el discurrir de la naturaleza; pero el
mundo ya será de otra manera y la conciencia universal nos hará un hueco para
sentir con ella.
1 comentario:
Que no nos falten nunca Antonio. Me siento privilegiada cuando pienso que para algunos en estos días no le han podido servir su lista de afectos. Me entran ganas de llorar.
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