viernes, 27 de marzo de 2020

LA LISTA DE LOS AFECTOS


LA LISTA DE LOS AFECTOS

Hace tan solo unos días me comentaba un familiar esto: “Sabía que alguien tenía que escribir algo así, y me alegro de que haya sido uno de los míos”.
Los míos, ¿quiénes son los míos? Se refería, claro, a todos aquellos que se sienten más cercanos, unidos por los lazos del afecto, sean del amor familiar o de la amistad.
Seguimos en los días del confinamiento, en los parámetros del espacio reducido y de los movimientos marcados, y en una nube de sensaciones que apuntan negro. A diario nos movíamos con una rapidez que apenas dejaba paso al sosiego y a la reflexión, el ritmo impuesto por la escala de valores no nos permitía buscar y reposar en el mapa de nuestros afectos reales.
Estas horas largas entre cuatro paredes pueden ser un buen momento para reorganizar y para redimensionar ese mapa de nuestros afectos. Esa certeza ha de conseguirse con el contacto virtual, pero aumentado, que es el que ahora nos está permitido. ¿Hacia dónde podemos mandar nuestros envíos con besos y con abrazos? A buscar la lista y a subrayar uno a uno todos sus componentes. Aparecerán direcciones que andaban un poco a trasmano y oxidadas; otras estarán gastadas por el uso, pero seguirán fuertes y con las letras claras; algunas, por desgracia, habrán cambiado de dirección y ya no reciben visitas ni cartas; tal vez otras…
Los pensamientos, las llamadas (hoy tan necesarias), las palabras de aliento, el sonido amigo, las distancias que se anulan, los malos entendidos que se olvidan, los perdones que reaparecen, los silencios entrecortados que tanto significan, las risas buscando el lado menos malo de las cosas…, las sensaciones, en suma, de que hay gente al otro lado que quiere tender puentes y que los necesita, como los necesitamos nosotros, y las certezas de que los afectos desempeñan una función esencial en la convivencia.
Hoy seguro que el mapa de cada uno tiene que hacerse más grande y recuperar señales que sonaban poco.
Después, otra vez las bombas de racimo: que cada círculo contagie a otros círculos y estos a otros más, hasta conseguir que el mapa de los afectos se haga universal y ya la interconexión entre todos se haga inevitable y gozosa. Seguiremos siendo pequeños y contingentes, casi nada para el discurrir de la naturaleza; pero el mundo ya será de otra manera y la conciencia universal nos hará un hueco para sentir con ella.

1 comentario:

mojadopapel dijo...

Que no nos falten nunca Antonio. Me siento privilegiada cuando pienso que para algunos en estos días no le han podido servir su lista de afectos. Me entran ganas de llorar.