miércoles, 18 de marzo de 2020

DE LA MANO DE PESSOA (I)


DE LA MANO DE PESSOA (I)

No sé qué es mejor, si huir de la realidad o enfrentarse a ella cara a cara. Para dilucidar esto habría que saber antes qué es eso de la realidad. Dejémoslo estar de momento.
Estoy seguro de que casi toda la comunidad anda pendiente de la situación sanitaria, económica y social que se nos ha echado encima de repente. No creo que esté mal que conozcamos los datos, pero sigo con dudas acerca de si nuestra mente tiene que dedicarse en exclusiva a deglutirlos y a rumiarlos. Sobre todo, porque no es demasiado lo que individualmente podemos hacer para remediarlos, salvo, por supuesto, atender con celo todas las recomendaciones que se nos hacen. El peligro del desánimo y de la melancolía y hasta de la depresión acechan. En ese caso, el resultado sería peor. Sin desatender las informaciones, pero sin obsesionarse con ellas, deberíamos tal vez hacer un poco de caso a los escépticos que citábamos ayer y a su principio: Todo aquello sobre lo que no podemos actuar y no depende de nosotros no debe preocuparnos. No es ningún principio egoísta, sino práctico. Otro día le opondremos aquello de nihil mihi alienum puto, pero será otro día, no hoy.
El caso es que hoy he huido de la insistencia de los datos y me he refugiado en Pessoa. Fernando Pessoa es un extraordinario escritor portugués, de una gran hondura poética y de pensamiento. A mí me gusta mucho y lo tengo como uno de mis referentes. He releído hoy una obrita suya titulada Erostratus. En ella, y partiendo de la figura de aquel imbécil que, con tal de adquirir fama, incendió el templo de Diana en Éfeso (uno de los primeros influencers de la Historia, aunque no sé si el más tonto, porque menuda competencia la que le ha salido en nuestros días…). en apenas cien páginas, vierte pensamientos breves pero muy hondos acerca de la celebridad, tanto ocasional como permanente, tal vez eso que nosotros llamamos fama, famoseo o ser famoso.
Que nadie se llame a engaño porque a todos los famosetes del tipo de los de ahora mismo los desprecia totalmente y nada quiere saber de ellos. Se refiere en sus escritos a todos los creadores de arte, aunque se fija más en la creación literaria.
Casi cada párrafo sugiere un montón de opiniones. No siempre estoy de acuerdo con Pessoa, a pesar de mi gran respeto por su obra. Apunto algunos de sus juicios:
1.- “Hay hombres de intelecto puro y estos son los filósofos y científicos; hay hombres de puro sentimiento y son los místicos y los profetas; hay hombres de pura voluntad, que son los estadistas y guerreros… Hay tres tipos mezclados: hombres de intelecto y sentimiento y que son los artistas de todo tipo; hombres de intelecto y voluntad y estos son los más grandes estadistas y constructores de imperios y naciones; hombres de sentimiento y voluntad que son los fundadores activos y los difusores de religiones (espirituales o materiales) y los creyentes en la democracia”.
2.- “La esencia del genio es la inadaptación al medio”.
3.- “La voluntad y solo la voluntad nos hace ganar”.
4.- “El genio conlleva adaptación al ambiente abstracto que se forma por naturaleza general de la humanidad, que es común a todas las naciones y a todas las épocas; la adecuada recompensa del genio es por tanto la inmortalidad. Es evidente que el talento implica una adaptación a los elementos esenciales que hacen de una época o una nación lo que es en un momento determinado; la recompensa adecuada del talento es por lo tanto lo que hemos dado en llamar fama. Es obvio que el ingenio supone una inmediata aplicación al ambiente inmediato”.
5.- “La civilización moderna se basa, fundamentalmente, en tres principios: la Cultura Griega, el Orden Romano y la Moral Cristiana”.
6.- “El ingenio se divide en tres tipos: ingenio propiamente, razonamiento y crítica; el talento en dos: habilidad constructiva y habilidad filosófica; el genio es solo de un tipo: originalidad. Los tres grados mentales forman una pirámide”.
Media docena de afirmaciones que dan para rumiar acerca de este asunto tan actual (y en estos días tan en contraste con la miseria general), durante todo un día de reclusión. Y para mucho más.
Mañana las aplicaré a la creación literaria, de la mano de Pessoa. Ánimo. Ah, y los influencers que se tapen y se escondan, por favor, que apestan y aquí se habla de otra categoría.

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